Considerando que actualmente el computador se ha transformado en una fuente de entretenimiento hogareño, la compra de una de estas tarjetas es una decisión necesaria si quieres reproducir DVDs y ejecutar videojuegos 3D en tu computadora.
Memoria: La capacidad de memoria de una tarjeta aceleradora de video permite determinar la máxima resolución y número de colores que ésta es capaz de desplegar. Por ejemplo, 32 Mb de memoria permiten alcanzar resoluciones de hasta 2048x1536 pixeles a 32 bits (más de 4.000 millones de colores). Considerando lo anterior, una mayor capacidad asegura texturas e imágenes más definidas. Al momento de elegir uno de estos productos, la decisión sobre la cantidad de memoria requerida está dada por tus necesidades particulares: si usarás tu PC para jugar o editar videos, 32 Mb son lo mínimo recomendado.
Resolución y profundidad del color: La resolución es el número de puntos que es capaz de presentar en la pantalla del PC una tarjeta de vídeo, tanto en horizontal como en vertical. Así, 800x600 significa que la imagen está formada por 600 rectas horizontales de 800 puntos cada una. Por otra parte, la profundidad de color es el número máximo de colores que puede desplegar la tarjeta. La cantidad de memoria determina en ambos casos sus valores máximos. La pantalla y la tarjeta gráfica están íntimamente vinculadas. Esto implica que poco sirve tener una tarjeta que entregue millones de colores si la pantalla no los soporta. Considerando lo anterior, es recomendable llevar las especificaciones de tu monitor al momento de elegir una tarjeta de video.
Interface: Actualmente, las tarjetas gráficas usan dos formas de conectarse a la placa madre, el bus PCI y el bus AGP. Este último es exclusivo para datos de video por lo que funciona el doble de rápido que el PCI. Sin embargo, antes de realizar tu elección, considera que para usar una tarjeta AGP hay que tener una placa madre que disponga de un slot compatible.
Velocidad de refresco: Medida en hertzios, la velocidad de refresco corresponde al número de veces que se dibuja la pantalla en cada segundo. Velocidades inferiores a los 60 Hz causan un parpadeo constante en el monitor, que fatiga la vista y puede provocar dolor de cabeza. Cuando compres una tarjeta de video fíjate en que ofrezca una velocidad de 75 o más hertzios, a la máxima resolución y profundidad de color en la que piensas configurar tu monitor.
Aceleración 3D: Fundamentalmente, lo que hace un chip 3D es alivianar el trabajo del procesador central del PC, generando los pixeles y el relleno de texturas en las imágenes. La mayoría de las tarjetas que cuentan con esta tecnología presentan entre sus especificaciones el número de "triángulos" por segundo que pueden desplegar. Mientras más, mejor. Una tarjeta que cuente con aceleración 3D real es imprescindible si tienes pensado transformar tu PC en una consola de juegos.